Zafi, un perro guía de color negro azabache, aprovechando un descuido de sus dueños, salió de casa y aún no ha vuelto. Tres días después, José Corrales y Rosalía Ledesma, un matrimonio invidente que vive en el barrio de San Roque, reclama a quien lo encuentre que por favor lo devuelva.
Cruzar una calle, bajar un escalón o avisar de un peligro son algunas de las funciones que ayuda a desempeñar a José y a Rosalía en su día a día este labrador. Ahora se sienten vacíos. Como José dice, estos animales «son los píes y manos de un matrimonio ciego».
Prácticamente se estaban conociendo aún, el animal de tan sólo dos años, llevaba apenas dos meses con la familia. Este perro adiestrado para ayudar a personas con dificultades de visión puede que a falta de «un vínculo aún extraño para él» viese la oportunidad de salir y no «ha podido o sabido volver», a pesar de estar preparado para ello, comentan sus dueños.
Desapareció el jueves por la tarde. La mujer que realiza las tareas domésticas en el hogar dejó la puerta abierta y fue cuando Zafi salió. José expone que cuando están en casa, le quitan el arnés para que pueda 'estar a sus anchas' por el inmueble. «El animalito vio la puerta abierta, y como aun no tiene el concepto muy arraigado del dueño se fue».
José no se da por vencido y piensa que el perro está por los alrededores de la barriada. «A no ser que se lo hayan llevado a un campo», lamenta José, que va a repartir carteles con una foto suya y de Zafi, por los bares y las calles de la ciudad.
El labrador salió de casa limpio y lustroso, por ello, otra de las opciones que baraja su dueño es que alguna persona lo tenga, «esperando que alguien lo reclame para devolverlo», manifiesta confiado Corrales.
«En el barrio nos conocen a nosotros y al animal», añade José. Salen por la zona, pasean y les acompañan a todas partes, «saben que es el perro guía de Joselito», como asegura que le conocen desde pequeño. El matrimonio cuenta con desazón que en el poco tiempo que llevaba en la casa se había adaptado perfectamente. «Hay que tener en cuenta que Zafi solo tiene dos años, es como si fuese un niño de 14 años. Y aún está un poco 'loquillo' y se despista algunas veces», apostilla Corrales.
Proceso selectivo
Los invidentes que tienen un perro adiestrado han tenido que pasar por un proceso selectivo después de solicitarlo a escuela de formación de perros guías. «Tienen que ver si eres la persona idónea para tener al animal y pasar unas pruebas para ver si dueño y perro se consolidan», dice José, quien además añade que la última vez estuvo en Madrid 6 días para pasar las pruebas. «En otra ocasión fueron 20 días».
En la actualidad, el matrimonio tiene otro perro guía, pero que desgraciadamente no les puede acompañar. Este animal sufre un tumor, y tras una operación se intenta recuperar. A pesar de no servirle como guía en este momento, el perro aún no abandona a la familia.
Sus dueños, que esperan un final feliz piden desolados que si alguien lo encuentra se ponga en contacto en los teléfonos 667 45 10 87 ó 670 90 62 00.
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