19.12.09 - 01:40 - MÓNICA BERGÓS. BARCELONA
Los toros recibieron ayer una primera embestida en Cataluña. La Iniciativa Legislativa Popular (ILP) contra las corridas presentada por la plataforma Prou! y avalada por 180.000 firmas de ciudadanos superó su primer trámite en el Parlament. En una ajustada votación, los diputados aprobaron que el proyecto sea debatido el año que viene en la Cámara. Dieron así luz verde a un debate que podría culminar con una estocada final a los toros en Cataluña.
Barcelona amaneció ayer con los ojos de medio mundo puestos sobre sus parlamentarios. Más de un centenar de medios de comunicación, algunos de ellos extranjeros, se habían acreditado para seguir una jornada que se preveía cargada de emociones. Los aficionados taurinos se jugaban mucho. También los grupos en defensa de los animales que presentaban la ILP, cuya iniciativa podría sembrar un precedente histórico para su causa. Además, y para darle más intríngulis al asunto, los grupos mayoritarios en la Cámara -PSC y CIU- habían dado libertad de voto a sus diputados, de tal modo que nadie podía aventurar cuál sería el resultado de la votación.
Los parlamentarios se pronunciarían en secreto, algo completamente inusual en el hemiciclo catalán y que daba más motivos para el desasosiego. No cabía ni un alfiler en la arena parlamentaria. Los portavoces de los diferentes grupos de la Cámara saltaron al ruedo para presentar sus posturas. Defensores y detractores de la lidia seguían el debate desde un abarrotado palco de invitados. Sólo parecía faltar a la cita uno de los 135 diputados: el president José Montilla, protaurino declarado, que llegó tarde, pero justo a tiempo para formular su sufragio.
Alborozo de los antitaurinos
La votación, al fin, se saldó con un resultado muy apretado: 67 diputados apostaron por tramitar la ILP antitaurina, mientras que otros 59 pidieron su rechazo. Cinco parlamentarios se abstuvieron y cuatro más decidieron no votar. En el palco de invitados, los detractores del toreo celebraron el resultado con emotivos abrazos y gritos de alegría. «Hoy es un día histórico y muy importante para los animales», balbuceaba entre lágrimas Ruth Carrillo, integrante de la plataforma Prou!
Pero éste no es el fin de la lidia en Cataluña. A la ILP que pide prohibir los espectáculos taurinos aún le aguarda un largo recorrido. Tendrá que ser primero negociada en una comisión parlamentaria y previsiblemente en mayo volverá al pleno para ser finalmente votada o rechazada. Entre las filas protaurinas no se da la batalla por perdida. «Esta diferencia tan pequeña de votos nos permite un trabajo sereno para afrontar los debates venideros. Como el buen toro bravo, nos vendremos arriba y sabremos debatir con temple y calidad», proclamaba con firmeza Luis Corrales, portavoz de la Plataforma en Defensa de la Fiesta.
En el Parlament se escucharon argumentos en defensa de los derechos de los animales, pero algunos portavoces también pusieron sobre el tapete la cuestión identitaria. En una clara alusión a Esquerra Republicana (ERC), el diputado protaurino del PSC David Pérez arguyó que ciertos diputados abogan por la prohibición del toreo no porque sientan preocupación por el sufrimiento animal, sino porque éste «representa una fiesta española». Desde ERC, Joan Puigcercós le espetó: «No se confunda señor Pérez, no mezclemos las cosas».
Polémica por los 'correbous'
El diputado del PP Rafael Luna defendió en su exposición que el toreo es una «fiesta plenamente arraigada a la historia de Cataluña», donde cuenta con miles de aficionados. A su juicio, plantear la prohibición supone un ejemplo de «pensamiento políticamente correcto, donde el derecho de las personas queda supeditado al derecho de los animales». «No me gustaría que tuviéramos que viajar fuera de Cataluña para poder disfrutar de esta tradición».
En la misma línea se posicionó Albert Rivera, representante de Ciutadans, que junto al PP y PSC presentaba enmiendas a la totalidad para bloquear la ILP, iniciativa que tachó de «hipocresía política». «No podemos prohibir los toros en la Monumental y en cambio defender los 'correbous' en Tarragona», razonó Rivera en alusión directa a una tradición catalana que también tiene como protagonistas a los toros.
Josep Rull, portavoz de Convergència i Unió, marcó los límites que a su juicio separan los 'correbous' de las corridas. «Los 'correbous' no persiguen herir al animal y matarlo. Aquí hay una diferencia sustancial», aclaró. Las tesis de mayor componente animalista las expuso Francesc Panell, diputado de la formación eco-socialista Iniciativa per Catalunya-Verds, quien calificó las corridas de «espectáculo cruel e incívico» del que «Cataluña debería liberarse».
Fuente: La Verdad.es
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