Los perros y el Alzheimer

lunes, 24 de agosto de 2009

¿Es posible que los perros sufran alzhéimer?
.
Una enfermedad conocida como disfunción cognitiva canina (DCC) causa el mismo tipo de desorientación, alteraciones psicológicas, confusión, pérdida de memoria y cambios de personalidad que los experimentados por personas que sufren alzhéimer. La DCC también es conocida como síndrome del perro viejo, envejecimiento mental, demencia canina o senilidad.
.
Los síntomas de este problema mental relacionado con el envejecimiento son normalmente bastante claros para el dueño del perro.
.
El animal:
. Deja de responder a su nombre o a otras llamadas que ya conoce.
. Mira fijamente hacia el espacio o hacia una pared.
. Puede repetir comportamientos, como llevar un juguete de habitación en habitación, deambular sin rumbo usando la misma ruta o patrón alrededor de las mesas o los asientos.
. Puede quedarse atrapado entre los muebles y necesitar ayuda para salir.
. Puede parecer confundido o perdido, incluso en ambientes familiares. También pude parecer perdido cuando sale para ir a hacer sus necesidades, olvidándose adónde debe ir.
. Puede cambiar su comportamiento social: deja de tratar se llamar la atención, no le importa si es acariciado, se aleja cuando recibe afecto.
. Puede experimentar cambios en los patrones de sueño, entre estos dormir más durante el día y deambular de noche en vez de dormir.
. Puede olvidarse de entrenamiento que le han dado, incluso hasta el punto de tener accidentes dentro de la casa, justo después de haber salido a hacer sus necesidades.
. Puede mostrarse agitado e incluso ladrar vigorosamente sin razón aparente.
Muy pocas veces un perro tiene todos estos síntomas, pero cualquier perro que muestre dos o más puede estar sufriendo la DCC.
.
Soluciones para una mente que se va desvaneciendo.

Algunas intervenciones tuyas pueden ayudar a aminorar el decaimiento mental de tu perro.
Entrenar utilizando patrones y repitiéndolos constantemente le da tranquilidad a un perro mayor. Una vez el perro haya establecido una rutina, se aferrará a ese patrón a lo largo de sus últimos años. Las instrucciones que le son familiares a tu perro lo animan a participar en las actividades diarias y le dan la seguridad y la tranquilidad que él necesita.
Los perros mayores todavía pueden aprender y aman la atención y la oportunidad de complacerte y ganarse premios. Aunque puede tomarles más tiempo y paciencia que a los perros jóvenes, investigaciones recientes señalan que los perros mayores desean aprender nuevas rutinas.
.
A los perros mayores les cuesta más trabajo desaprender patrones de comportamientos aprendidos, tales como saltar sobre las visitas o no ladrar ante sonidos desconocidos. Esas lecciones son mejor recibidas cuando la mente todavía es fácilmente impresionable.
.
Tal vez la parte más emocionante en la labor de ejercitar una mente que está envejeciendo es el descubrimiento de que nuestras experiencias diarias afectan a la estructura de nuestros cerebros y pueden ayudarnos a contrarrestar los efectos de la vejez. Investigaciones de la Universidad de Toronto estudiaron un grupo de beagles que estaban envejeciendo para ver cómo los cambios diarios de sus experiencias afectaban a sus mentes. Siguiente un programa de enriquecimiento cognitivo, los perros fueron retados con tareas de aprendizaje, como encontrar comida escondida durante cinco o seis días de la semana.
.
Esta estimulación duró un año, y después de esto se examinó la capacidad mental de cada perro y su potencial para aprender nuevas tareas. Los perros de este grupo mostraron un mejor desempeño al aprender y resolver problemas que el de sus compañeros de camada que no habían tenido estas experiencias adicionales.
.
Es sencillo arreglárselas con tu perro en casa. Desde los primeros días de convivencia con él debes estimularlo enseñándole cosas que pueda aprender, problemas que pueda solucionar y lecciones nuevas. Sin embargo, cuando tu perro envejezca, debes esforzarte para aumentar, en vez de disminuir, las actividades.
. Estimúlalo mentalmente de todas las formas posibles.
. Juega con tu perro.
. Realiza caminatas cortas, especialmente en lugares nuevos para él.
. Háblale.
. Acarícialo e interactúa socialmente con él.
. Intenta enseñarle una cosa nueva cada semana.
.
Si está dispuesto a aguantar un poco de desorden controlado, crea problemas para que el perro los soluciones. Por ejemplo, pon golosinas en una toalla vieja, en un trapo o en un plástico arrugado y permite que el perro los destruya para recuperar la comida. Los rollos donde viene el papel higiénico son ideales para esta actividad. Pon golosinas dentro del rollo, dobla las esquinas y deja que el perro destruya el ?juguete? para conseguir la comida.
.
También puede ser útil convertir las comidas de tu perro en búsqueda. Divide la comida del perro en porciones pequeñas, cada una en un contenedor de plástico y escóndelos alrededor de la casa para así mantener a tu perro activo buscando la comida durante un rato. Si el desastre potencial se puede tolerar, sencillamente esparce pedazos de comida en el suelo o en el patio y anima a tu perro a encontrarlos.
Fuente: La Xana
.
.
.
.